Días nublados, corazones agitados

Días nublados, corazones agitados

Hoy el cielo está nublado, al igual que lo está mi corazón. Por él han pasado ya muchas tormentas que mi memoria no logra recordar, pero la de hoy tiene un cariz especial, y a su vez, espacial. Porque tú no eres de éste mundo, no eres del mundo del agua, del mar que se enfurece y se agita, de las olas que ascienden y descienden, de los remolinos que te hacen dar vueltas sin parar. Tú no eres de las profundidades, de la inmensidad, de sumergirte en el océano desconocido, aún sin saber nadar.

Hoy mi corazón está en peligro. Ondea la bandera amarilla, esa que hace saltar las alarmas, que te hace parar y esperar a que el mar se vuelva a calmar.

Hoy te miro y no te encuentro, hoy me miro y no me veo. Solo sé que el aire es fresco, que me enfría el pensamiento. Que entras y sales de él de mil y una maneras.

La tormenta es pasajera, pero mientras está, me duele y te duele, me abruma y me contagia de su tristeza. Sí, tristeza, porque cuando el cielo se vuelve gris todo a su alrededor cambia, todo se apaga. Y no quiero que se apague lo que hay, o lo que hubo. No lo quiero. Porque solo al pensarlo ya te echo de menos, tu sonrisa, tu mirada, tu bondad.

celia-dominguez

Me queda aprender, soportar los días nublados con la esperanza que mañana el sol vuelva a brillar de forma potente y espectacular.

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